El 11 de junio de 2025 pasará a la historia de la integración europea como el día en que se inició la supresión de la última frontera física del continente: el paso fronterizo entre Gibraltar y España. Gracias a un acuerdo entre el Reino Unido y la Unión Europea, y sujeto a ratificación, este territorio británico de ultramar se incorporará próximamente al espacio Schengen.
Facilidades también para los turistas
Tras el Brexit, el estatuto de Gibraltar se ha convertido en uno de los temas más espinosos de la relación entre Londres y Bruselas. Tras años de negociaciones, se ha alcanzado un compromiso que combina las expectativas de las tres partes: el Reino Unido, la Unión Europea y los propios gibraltareños. El acuerdo prevé la entrada de Gibraltar en el espacio Schengen, lo que significa que no habrá controles de pasaportes en la frontera con España.
El cambio es crucial para las aproximadamente 15 000 personas que cruzan la frontera cada día por motivos de trabajo, así como para los turistas. Entre ellos no faltan polacos, sobre todo porque Gibraltar es un monumento al general Władysław Sikorski. La placa que lo conmemora, situada originalmente en el aeropuerto, se ha trasladado a Europa Point. Con motivo del 70 aniversario de la muerte de Władysław Sikorski, en 2013 se inauguró allí un monumento conmemorativo del trágico accidente aéreo.
El sistema de controles fronterizos está cambiando y los controles físicos ya no se llevarán a cabo en el paso fronterizo terrestre, sino en el puerto y el aeropuerto de Gibraltar. Allí, la circulación de personas será supervisada por agentes españoles -que actúan en nombre de la Unión Europea- y por funcionarios de Frontex.
Al mismo tiempo, se respetó la soberanía británica de Gibraltar, que era una exigencia clave de las autoridades gibraltareñas. El acuerdo subrayó que no afecta al estatus del territorio británico de ultramar. También se inició una cooperación económica y aduanera más estrecha, incluido un plan para crear una unión aduanera entre la UE y Gibraltar que facilite el comercio.
Véase también:
A un paso de Marbella: un viaje a Gibraltar
Conmemoración del 80 aniversario de la muerte del General Sikorski en Gibraltar
Las impresionantes cuevas de Gibraltar
Desmantelamiento simbólico de la frontera
La supresión de los controles fronterizos terrestres no sólo supone una comodidad para los habitantes de la región, sino que también tiene un gran significado simbólico. Para Gibraltar y el Campo de Gibraltar español, también supone un impulso al desarrollo -al desbloquear las barreras de la vida cotidiana- con potencial para impulsar el comercio, los servicios, el turismo y la inversión.
Aunque el acuerdo es pionero, su plena aplicación requerirá nuevos pasos: la ratificación del tratado, la creación de un marco jurídico en materia fiscal, medioambiental y social, y un mecanismo permanente de cooperación en materia de seguridad. También será importante vigilar el equilibrio entre la pertenencia a Schengen y la supervisión británica de Gibraltar.
Los expertos estiman que el acuerdo podría aumentar significativamente el número de visitas de un día y de fin de semana de turistas procedentes de España, especialmente de Andalucía. Gibraltar será más fácilmente accesible para los viajeros de todo el espacio Schengen, lo que podría aumentar su popularidad como destino, tanto para el turismo como para los aficionados a la historia. Sin duda, los operadores turísticos europeos estarán más dispuestos a incluir Gibraltar en los itinerarios por el sur de España.
Al mismo tiempo -gracias a la simplificación de los procedimientos fronterizos- Gibraltar podría convertirse en un puerto de escala o destino más atractivo para visitas cortas en cruceros por el Mediterráneo. El aeropuerto aumentaría así el número de conexiones con los países Schengen, ofreciendo una alternativa a los puertos de Málaga o Sevilla.
Según las últimas informaciones, el texto definitivo del acuerdo entre la Unión Europea y el Reino Unido estará listo en octubre, lo que permitiría su entrada en vigor a finales de año, probablemente en torno a Navidad. Así, la desaparición simbólica del «último muro de Europa continental» podría producirse el año que viene.
